Este refrán muestra como todo está encarrilado a pesar de que no haya mucha consciencia de ellos. Así, la burla o disimulo puede tratar de despistarnos pero incluso si tratan de quitarle relevancia al asunto, sucederá lo que está ya dispuesto. Este refrán es similar al de «los del palacio, con disimulación cumplen sus apetitos», que dice que finalmente los deseos y aspiraciones se convierten en realidad, que está dispuesto aunque pueda haber un poco de burla y disimulo al tratar de conseguirlos.