Este refrán explora los límites de una actitud o comportamiento, y así recomienda alejarse del exceso y adoptar una postura más conservadora. Entonces, ¿cuándo se debe parar? Se anima a colmar lo que se define como suficiente, es decir, las características mínimas que deben cumplirse para alcanzar un cierto grado de satisfacción, que implique suficiencia. Una vez llegado a ese punto, se promueve el exceso, que siempre es recomendable cortar y por eso se anima a decir basta.