Este refrán aconseja evitar pensar en preocupaciones futuras, pues el día a día ya traen suficientes problemas como para pensar en el medio o largo plazo. El refrán es bastante negativo puesto que parece indicar que todos los días son malos, de tristeza o situación complicada de soportar. Además deja entrever que puede ir a peor incluso, así que mejor no mirar más allá. Ciertamente eliminar la planificación y vivir al día no parece lo adecuado salvo para situaciones irreversibles.