Este refrán aconseja demostrar una posición fuerte a la hora de negociar o de afrontar cualquier reto, puesto que una posición de debilidad, cautela o indefensión es muy contraproducente. Entonces se abren 2 posibilidades, una en la que se pueda usar esa posición de fuerza y otra en la que no se ejerza, pero en cualquier caso siempre viene bien tener recursos a mano.