Este refrán nos aconseja que hay que ser precavidos. En la primera parte, se refiere a que antes de contar algo hay que hacerlo primero firme, es decir los logros contarlos después de haberlos conseguido. Otro refrán que habla de la primera parte de este refrán es el de «No vendas la piel del oso antes de haberlo cazado«. En cuanto a la segunda parte, nos aconseja que antes de fiarnos de cualquiera, antes debemos de recibir una señal o una muestra de buena fe por su parte.