Este refrán pone en contraposición al talento, al conocimiento, destreza y habilidad frente a la suerte o fortuna. Frecuentemente son confundidos, o incluso ignorados ya que algunos asocian al factor suerte un evento positivo, ignorando un buen trabajo, o la maña que hay detrás, como indica el refrán. También pasa al revés, que algunos presumen de su buen saber cuando en realidad simplemente les sonrió la diosa fortuna.