Este refrán pretende hacer un reconocimiento a las personas mayores que no deben de ser marginadas de la sociedad sino todo lo contrario. Se les debe dar honor, ensalzar sus logros y hablar de su utilidad, lo que no es más que un gesto de humanidad, de respeto hacia los derechos humanos y que dignifica a la condición humana. Las personas mayores son frecuentemente degradadas o están mal atendidas y este refrán pretende luchar contra esto, porque además su experiencia sí es útil para los más jóvenes.