El refrán es muy similar al que dice que: «Cuanta mayor es la altura, mayor será la caída». Es decir, que se usa para advertir que si alguien sube a una posición muy elevada correrá un riego mayor, solicitando prudencia en las acciones que lleven a conseguir un salto en el estatus que pudieran ir adquiriéndose mediante fama, influencia y fortuna, y que un día podrían perderse. Dicha pérdida está relacionada con la magnitud de privilegio adquirido.